La influencia cristiana en la gastronomía española es sin duda importante, pero no es en absoluto la única. Hoy en día, la mayor parted e España es católica, pero hace varios siglos esta religión no tenía el monopolio del que hoy disfruta. Los judíos habían bibido en España durante siglos, pero ene l año 638 comenzaron a ser perseguidos, al decidir el rey Chintila que quería convertirles a la fuerza bajo juramento. Por suerte para ellos, la invasión musulmana comenzó pocos años después (en el año 711), y ocuparon una gran parte de la Península, y en los tiempos del Califato los judíos eran aceptados, y no tenían que huir, esconderse o convertirse.
Había grandes zonas donde el territorio estaba dividido por la religión, y otras, especialmente las grandes ciudades, donde todos vivían juntos. Este intercambio cultural significó un cambio en las costumbres culinarias de las tres religiones, y podemos decir con seguridad que la gastronomía española no sería lo mismo sin cualquiera de ellas.
Los cristinaos eran los herederos directos de los visigodos, que a su vez eran los herederos de los romanos, y es un hecho incluso en su grastronomía. Por crónicas de la época sabemos que más o menos hasta el siglo XII los cristianos solían comer una vez, o como máximo dos veces al día, y se aconsejaba comer y beber con moderación.
El increíble proceso de elaboración del jamón fue desarrollado por los cristianos, ya que esta carne estaba prohibida tanto para los judíos como para los musulmanes. Ene l caso delc erdo, los cristianos sprovechaban todo el animal, nada se desperdiciaba y, aunque algunos tuerzan el gesto, todas aquellas partes del cerdo que despreciaban los ricos alimentaban a los pobres. La influencia crisitiana en la gastronomía española es espacialmenete notable en el caso del cerdo. No dudes en probar el mejor jamón que ofrece este país, y que encontrarás en los mercados y bares de España.
La religión fue ciertamente importante en lo relativo a la gastronomía, en especial en la creación de platos específicos para determinados eventos yu ocasiones religiosas. Por ejemplo, había una variedad de platos preparados especialmente para la Cuaresma (sin ninguna otra carne animal que no fuese la de pescado) y los domingos, donde se comía una gran variedad de platos de pescado y marisco, caldos de legumbres sin carne y un buen número de postres elaborados sin la intervención de grasa animal.
También hay muchas tradiciones relacionadas con la comida que se consume en Semana Santa. Las sopas de ajo se suelen consumir en esta época, así como el bacalao, otro ingrediente principal en muchas mesas españolas, y las croquetas y fritos abundan en el menú. En términos gastronómicos, España es un pañis muy interesante, y durante la Semana Santa alcanza sus más altas cotas de excelsitud.
La influencia cristiana en la gastronomía española es también importante en cuanto a postres y dulces. Se dice que el mazapán fue creado en Toledo en el siglo XI por las monjas del Convento de San Clemente en tiempos de hambruna. No había trigo en sus despensas, pero sí abundante azúcar y almendras, así que usando la inventiva crearon mazapán. Hay una hipótesis contraria que afirma que se crearon en Sicilia.
Pero las monjas inventaron muschos otros postres y pasteles, y muchos de esos conventos continúan elaborando y vendiendo los mismos postres tradicionales, como el "suspiro de monja", las torrijas, los rollos de vino y muchos otros caprichos dulces. En el pasado, las familias pudientes encargaban postres, bollos, dulces y pasteles a las monjas, que así hacían caja, de paso. Existen algunos postres que, incluso hoy, sólo se encuentran en los conventos.
Últimamente, cuando la popularidad del catolicismo está experimentando un descenso en el país, y muchos de aquellos que son católicos no siguen las normas a rajatabla, la mayor parte de la gastronomía de la Cuaresma y de la Semana Santa se está perdiendo. Un gran motivo por el que deberías aprender las recetas de algunos de estos fantásticos platos españoles para protegerlos de la extinción gastronómica. A pesar de este hecho, la influencia cristiana se deja sentir tanto como la musulmana y la judía en la cultura gastronómica española.