Origen: Galicia
Las magdalenas son unos pequeños pastelitos que son a la vez ligeros y muy sabrosos. Las magdalenas se pueden encontrar en cualquier tienda o supermercado español, pero siempre saben mejor cuando están hechas en casa.
A los españoles les encantan estos pastelitos, y se suelen comer en el desayuno con una taza de café. Habrás sufrido una auténtica inmersión en la cocina española si comienzas a tomar magdalenas para desayunar. Sin embargo, se cree que los pasteles originales provienen de Francia. Madeleines, como se las llama en Francia, son originarias de la región de Comercy. La historia cuenta que estos pequeños pasteles eran cocinados por una joven doncella llamada Madeleine Paulmier, de quien reciben su nombre los pasteles, para el rey de Polonia, Stanislas Leszczyński, en 1751.
Las magdalenas también se mencionan en la novela de Marcel Proust "En busca del tiempo perdido", en la que el personaje principal revive su infancia tras experimentar el sabor y olor de una magdalena y una taza de té. Esto también ayudó a extender la fama de estos pequeños pasteles por el mundo.
Es posible que el pastel haya pasado a formar parte de la cocina española debido a esto; sin embargo, hay otra razón por la que las magdalenas son tan populares en España. Algunos afirman que aparecieron en España durante las peregrinaciones a Santiago de Compostela en Galicia. Esta historia cuenta que una joven llamada Magdalena les servía los pequeños pasteles a los peregrinos durante el largo viaje. Esto también explicaría lo extendido de esta costumbre en España.
Tradicionalmente, las magdalenas se hacen con forma de concha, lo que se consigue usando una bandeja de horno especial para magdalenas. Sin embargo, cuanto más comercial y fácil de hacer más se asemejan a un cupcake en funda de papel y suelen ser redondas o cuadradas dependiendo de la forma del envoltorio.
Cuando visites España debes probar estos pastelillos, especialmente si te acercas a una tienda de delicatessen española. La mejor forma de disfrutarlos es mjojarlos en una bebida caliente, ya sea una taza de café, té o el famoso chocolate caliente, que se suele servir con churros.
Como sucede con muchos otros pasteles, intenta no abrir la puerta del horno para mirarlos mientras se hornean, pues esto podría interrumpir el proceso de subida y dejar tus pasteles pesados y compactos. Intenta mirar a través de la ventana de tu horno, y si no tienes una, fíate del tiempo y presta atención al olor, que suele ser una buena pista de cómo de hecho está un pastel. Usar una bandeja de cupcakes te ayudará a mantener la forma de las magdalenas perfecta, aunque una normal también sirve. Puede que tus pasteles salgan con forma rara, ¡pero estarán igual de sabrosos!
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